La divina comedia, de Dante Alighieri

Reseña de un clásico literario

Mapa del Infierno, obra de Sandro Botticelli.
Mapa del Infierno. Sandro Botticelli/Dominio publico  

Dante Alighieri , nacido en Florencia en 1265 y muerto en Rávena en 1321, es considerado, junto con Giovanni Boccaccio (El Decamerón) y Francesco Petrarca, los padres del idioma italiano, que se consolida a partir del dialecto toscano, presente en la mayoría de sus escritos. A su vez, La Divina comedia (compara precios)  puede ser catalogada como una de las obras más importantes de la literatura universal, que colocan a Dante a la altura de William Shakespeare y de Miguel de Cervantes. Conviene, en consecuencia, que repasemos brevemente este poema épico, incluyendo su argumento y estructura.

Escrito entre 1304 y 1321, su nombre original era sencillamente Comedia, puesto que tenía un final feliz (en contraposición a la tragedia, el otro género en que se clasificaban las obras de ficción en la época). Es sólo a partir del siglo XVI cuando los comentaristas y críticos le agregan el término Divina, para resaltar su carácter religioso. Se trata de un poema con tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso, divididas a su vez en cantos (100 en total) y éstos en tercetos rimados.

Sinopsis de La divina comedia, de Dante Alighieri

Dante comienza su viaje imaginario, “perdido en una selva oscura” (alegoría de la vida humana, sus dificultades y tentaciones), debiendo ser guiado por el poeta Virgilio (en inglés) para conseguir salir, atravesando el infierno, el purgatorio y el paraíso.

En el primero, Dante describe el ante-infierno (donde se encuentran los cobardes) y los siguientes nueve círculos, uno por cada tipo de pecador (incluyendo el primero, el limbo, hogar de los no bautizados; luego los lujuriosos; los golosos; los avaros y pródigos; los iracundos, indolentes, soberbios y envidiosos; los herejes; los violentos; y los fraudulentos ); al final, en el círculo de los traidores, se encuentra Lucifer, con tres cabezas, en una de las cuales mastica a Judas permanentemente.

A continuación, Virgilio y Dante llegan al Purgatorio, una isla montañosa, dividida también en 9 círculos. El primero es el ante-purgatorio, donde están las almas de quienes se arrepintieron a última hora; luego los 7 círculos correspondientes a los siete pecados capitales, donde se encuentran: los soberbios; los envidiosos; los iracundos; los perezosos; los avaros y pródigos; los golosos; y los lujuriosos, respectivamente (a diferencia del infierno, los pecados están en orden descendente en cuanto a su gravedad); por último, el Paraíso Terrenal, donde lo espera Beatriz, la mujer que ama.

Virgilio debe quedarse en el purgatorio, así que es Beatriz quien conduce a Dante por el Paraíso; se trata de un sistema cósmico, con nueve “planetas” que giran alrededor de La Tierra (según la concepción de la época): Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Cielo Estelar y Cristalino, en los que se encuentran los beatos, más o menos cerca de Dios según su nivel de santidad. Por último, está el Empíreo, donde Dante puede contemplar a Dios, cuya luz suprema lo deslumbra.

Lo más destacable de La divina comedia, de Dante Alighieri

Este poema épico posee una enorme carga de simbolismo, en el que el número tres es la base principal. Tres son los espacios visitados (Infierno, Paraíso y Purgatorio); tres los principales protagonistas: Dante (que encarga al ser humano en general); Virgilio, que representa la razón; y Beatriz, la fe. Asimismo, el número se repite desde el inicio a todo lo largo del poema (en la selva oscura, Dante se encuentra con tres animales que representan sendos vicios; Lucifer posee tres cabezas, etc).

Esta repetición del número tres es una evocación a la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y es que La divina comedia es precisamente una obra religiosa, en el sentido que Dante busca mostrar al lector las consecuencias de vivir en pecado, la manera de evitarlo y de conseguir así no sólo la paz interior y la felicidad terrenal, sino especialmente la posibilidad de alcanzar la vida eterna plena.

La obra está llena de reflexiones y de disertaciones sobre muchos aspectos relacionados con la fe, la virtud y el pecado. Como advierte su autor, es necesario contar conocimientos sobre estas materias; por esa razón, la mayoría de los textos editados modernamente contienen explicaciones y notas sobre los personajes secundarios que aparecen en ella, así como de sus alegorías y significados religiosos, que son innumerables.

La influencia de La divina comedia, de Dante Alighieri

Además de reflejar y resumir como ningún otro autor el pensamiento teocentrista de su época, Dante influyó decisivamente no sólo en los autores italianos posteriores, sino en la literatura en general. El interés por La divina comedia se extendió también a la pintura, la escultura y la música. Grandes artistas como Botticelli o Miguel Ángel reprodujeron pasajes de la obra; resaltan también las esculturas de Rodin, o las composiciones de Rossini o Schumann, por citar sólo unos cuantos.

Aún cuando para los lectores de esta época La divina comedia puede parecernos complicada de leer, básicamente por el sinfín de menciones a personajes y leyendas mitológicas combinadas con detalles muy específicos de la religión cristiana (y católica en particular), la mayoría de las ediciones modernas contienen notas que explican cada uno de estos aspectos, facilitando la comprensión de un texto realmente universal.