Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, resumen y comentarios

¿Bildungsroman o novela gótica sureña?

Matar a un ruiseñor de Harper Lee
Ficcion Zeta

En 1960 la escritora estadounidense Harper Lee publicó la que sería, hasta julio de 2015, su única novela: , que ganaría el prestigioso Premio Pulitzer y que se convertiría en todo un clásico de la literatura norteamericana contemporánea, por su controversial temática y su particular estilo literario. Por ello vale la pena que repasemos sus características principales en esta concisa reseña.

Sinopsis de Matar a un ruiseñor

Scout Finch es una niña de seis años, huérfana de madre, que vive con su hermano, Jem , y su padre, Atticus -un respetable abogado- en el imaginario pueblo sureño de Maycomb. Los niños tienen además un amigo, llamado Dill.

La narración -hecha por Scout- tiene lugar durante un verano en plena época de la Gran Depresión y gira alrededor de dos episodios: por un lado, a la fascinación y terror que los chicos sienten por la figura de Boo Radley, un misterioso y huraño vecino; y, por otro, el juicio en el que Atticus decide actuar como defensor, en el que un hombre negro es acusado de violar a una mujer blanca.

Como era de esperarse, Atticus debe enfrentar los prejuicios y ataques de sus vecinos blancos por defender a un hombre de raza negra; Scout y Jem también son acosados por ese motivo por sus compañeros de clase.

A lo largo del juicio, Atticus demuestra la inocencia de Tom Robinson -el acusado- y deja en evidencia las mentiras de la supuesta víctima -Mayela Ewell- y de su alcohólico padre, Bob. Pese a que Tom es condenado injustamente (y luego es herido al tratar de escapar), Bob Ewell considera que ha sido humillado en el juicio y quiere vengarse. Luego de varios incidentes, termina atacando a Jem y a Scout. Sorpresivamente, estos son defendidos y salvados por Boo Radley; Ewell muere en la pelea, aunque no se sabe exactamente si fue Boo o Jem quien lo hiere.

Al final, el sherif y Atticus llegan a la conclusión de que no es conveniente someter a ninguno de ellos a un juicio (pues sería como “matar a un ruiseñor”, un pájaro que no hace mal a nadie) y que lo correcto es aceptar la conclusión de que Ewell se cayó sobre su propio cuchillo.

El trasfondo de Matar a un ruiseñor

Varios aspectos pueden destacarse de esta genial obra. En primer lugar, aborda un tema muy delicado para la época: el racismo y los prejuicios en contra de los ciudadanos afroamericanos, que estaba muy extendido en todo el Sur estadounidense. La obra coincide con el inicio de la lucha por los derechos civiles y la igualdad, cuyo líder emblemático fue Martin Luther King Jr.

Por otro lado, es todo un compendio de ética profesional: Atticus Finch es el prototipo del abogado que decide defender a un hombre inocente sin importarle las consecuencias; por lo demás, Finch es un hombre honesto y valiente en todos los ámbitos de su vida.

Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, es también considerada un Bildungsroman o novela de formación, en la que un personaje va de la infancia a la madurez, pasando por la adolescencia y aprendiendo acerca de la vida a través de determinados acontecimientos (como es el caso, por ejemplo, de El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger o de Las aventuras de Huck Finn, de Mark Twain).

En este sentido, Matar a un ruiseñor trataría como tema especial la pérdida de la inocencia de Scout al enfrentarse a los incidentes relacionados con el juicio y el posterior ataque y muerte de Bob Ewell.

También es considerada por algunos como integrante de la llamada novela gótica sureña, en la que intervienene personajes o situaciones sobrenaturales (al estilo de William Faulkner, por ejemplo) y que puede verse incluso como un precedente del realismo mágico latinoamericano. No obstante, la figura de Boo Radley , si bien enigmática y mágica a los ojos de los niños al comienzo de la novela, se desvela como totalmente humana, por lo que no puede realmente afirmarse que estemos en presencia de dicho género.

Es evidente que Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, tiene también un trasfondo autobiográfico. La autora, sureña, no sólo quedó huérfana de niña, sino que su padre era un abogado de pueblo, que casualmente defendió a dos hombres negros en un proceso similar. Incluso la figura de Dill, el amiguito del los niños con gran imaginación, coincide en la vida real con Truman Capote, el famoso escritor y gran amigo desde la infancia de Lee.

El estilo y la técnica de Matar a un ruiseñor

La obra está escrita en primera persona, desde la perspectiva de Scout y no en el tradicional estilo del narrador omnisciente. Utiliza la analepsis o flashback, en la que es común el rompimiento del orden cronológico de la historia con vueltas al pasado.

Está redactada en un lenguaje sencillo, claro y limpio. Tal vez por ello sea una obra favorita de los lectores jóvenes. De hecho, muchos la han catalogado como una novela juvenil.

Lleva un ritmo rápido, cinematográfico. No resulta extraño que haya sido llevada casi inmediatamente al cine, en 1962, con la memorable interpretación de Anthony Peck como Atticus Finch, que le ganó el único premio Oscar de su dilatada y brillante carrera.

La trascendencia de Matar a un ruiseñor

Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, ha sido una de las obras más vendidas desde su publicación, con varias decenas de millones de ejemplares, y ha sido traducida a más de 40 idiomas. Además de la adaptación cinematográfica, ha sido llevada al teatro.

La publicación de la secuela de esta novela, en julio de 2015, con el título de Ve y pon un centinela (sus originales se habían extraviado y no fueron encontrados hasta 2014), se considera el acontecimiento editorial del año a nivel mundial.

Harper Lee, nacida el 28 de abril de 1926 en Monroeville, Alabama, murió en la misma ciudad el 19 de febrero de 2016.